miércoles, julio 25

Dos cosas

La primera:

Mariela en realidad se llama Marianela. Pero no le dije que yo no sabía... no me atreví.

No sólo se llama Mari(an)ela, sino que además ES MI CAPITANA DE PISO (eso lo descubrí hoy, cuando vi un cartel plastificado pegado en la cocina que decía "Capitán de piso", la foto de Marianela con su nombre, un plano del piso con la famosa indicación inubicable "Ud. está aquí" marcado con un puntito colorado, el camino a seguir en caso de emergencia, y la leyenda "en caso de emergencia, siga a su capitán de piso" (Marianela, para los amigos).

ERGO:

En caso de incendio, inundación, electrocución, terremoto, toma de rehenes, etc. etc. etc. TODOS, absolutamente TODOS, hemos de seguir las indicaciones de Marianela.

Para desempeñar semejante papel, M ha realizado sendas capacitaciones (al menos eso exigen las normas de seguridad de la empresa), por lo que ella es diestra para:
1. hacer respiración boca-a-boca;
2. manipular el matafuegos y la manguera;
3. colocar máscaras de oxígeno;
4. desactivar bombas;
5. etc.
6. etc.
7. etc.

Por lo tanto nos conviene ser amigas de Marianela...


La segunda (que no tiene nada que ver):

Estoy muy contenta.

Por muchos motivos, pero además, porque ayer me fui a comer a lo de Mery. Cuando como en lo de Mery entresemana, voy en el auto con el pelo mojado escuchando a los Beatles y es como una inyección de vitaminas. Es difícil de explicarlo. Es la combinación de estar recién bañada + que haga frío + estar enroscada en mi bufanda + mis guantes de cuero violeta + John Lennon cantando Revolution o I am the Walrus o Dear Prudence o cualquier cosa + el contentismo por lo que me espera.

Jamás toco el timbre. En lo de Mery siempre toco la puerta (y ella sabe que no puede ser otra persona más que yo). Y después viene un abrazo, y después vienen las milanesas de soja con verduras al wok.

Hablamos de cosas pudorosas, tomamos café la virginia en sobrecitos individuales, nos quejamos de la gravedad, en el interín siempre llaman sus pretendientes, y pasa el tiempo y ni nos damos cuenta. Nos vamos por las ramas siempre.

Y después me vuelvo a casa con una sonrisa indisimulable, escuchando a los Beatles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

www.shoshiland.com
nunca entendi el juego
pero sabemos, que es groso de verdad