martes, febrero 3

Bueno



Necesito distraerme.

Cine con palomitas, sí.

Después me acuerdo, mejor no. Palomitas no. Ya estoy castigando mucho a mi integridad física. Me pide a gritos piedad, basta de pizza, basta de empanadas de cebolla y queso, basta de marrocs, acabála ya con esas porquerías. Oh, mercy. Te voy a castigar con pesadillas. Una papa rejilla más, y vas a ver.

Musculosa rotten to the core, pantuflas rosas, jogginetas grises, y té de apple strüdel en una taza que habla mexicano.

Estaba convencida de que después de un tiempo y después de haber vivido determinadas cosas, había complicaciones que uno podía sortear con bastante habilidad. Ahora la impresión es otra. Como que determinadas complicaciones se convierten en lugares comunes, casi clichés, sólo que más engorrosas, más complicadas. Entonces uno tiene que estar pendiente todo el tiempo, identificarlas, atacarlas a tiempo.

La neurosis humana es así. Necesitar perder para padecer. Después, intentar recuperar.

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