lunes, febrero 2

La charla terminó en la vereda, me dio una bolsa llena de golosinas, me abrazó fuerte y me despidió con un beso en la frente.

Me senté un rato en el cordón. Llamé por teléfono a M. Le pregunté qué hacía, limpiando a fondo el depto, qué vas a hacer después, me parece que me voy al río con el perro, vos?, creo que quiero irme a mi casa y leer y dormir hasta mañana y despertarme con amnesia.

Tantas decisiones que tienen que ser decididas al mismo tiempo, no sé. Después pienso que uno nunca está lo suficientemente preparado para elegir. La mayoría de las decisiones las tomás a ciegas. La vida es para valientes y para no videntes. Si no mirás es más fácil.

Camino hasta la esquina para conseguir monedas. Me das 0,50 de sugus? por qué no? al chico de recién le cambiaste. Es porque sólo te estoy pidiendo 0,50 de caramelos? cambiaría algo si te comprara una cindor? dejá- DEJÁ (sos mala) me voy. Gracias igual.

Cruzo al kiosco de enfrente. De repente me siento desbordada y es posible que llore. No quiero llorar. No quiero. No llores.

Hola, me das 0,50 de caramelos? no tenés monedas? ni una? está bien, no importa.

Camino hasta la parada de nuevo. Reviso mi cartera para ver si por casualidad-. Pero nada. Ni una.

Dónde está el mundo cuando necesitás una moneda?

Le voy a decir al colectivero que me tire donde pueda, adonde llegue por 0.95. Estoy llorando como una infradotada, no me puedo controlar. Me caen las lágrimas. Me siento en la vereda.

Quiero teletransportarme a mayo o junio. Plis, decíme que se puede.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Sos EMO!
(de Emotional).
Bienvenida al club!

Caro dijo...

Emo quién.
No querrás hacerme enojar.

Harpo dijo...

Yo te hubiera llevado.