miércoles, enero 9

Los buzones han de ser rojos

Es una lástima que las cartas ya no lleven estampillas (de las que tenés que lamer para que se peguen, y que para despegarlas tenés que pasarlas por vapor). Tengo una de Las Meninas que en algún futuro aledaño será señalador de libro -dos rectángulos de paspartout con un cuadrado calado en un extremo (un poco más grande que la estampilla); acetato en el lugar del calado; estampilla pegada en el acetato con uhu stick; algún dibujo, huella digital o frase X; plastificado-.

Esto venía porque the Royal Mail lanzó esta semana unas estampillas muy bonitas con las distintas tapas de las películas de James Bond.

[Hay que desconfiar de los países que quieren deshacerse de las estampillas, e irse a vivir a los que tienen calles empedradas y correos postales con buzones rojos, que es como debe ser].

Me gustan los sobres, las estampillas, el lacre, los buzones, y sobretodo-todo-todo los paquetes que llegan por correo, por ser continentes de lo impensable. Corresponder, y ser correspondida.

En la casa donde vivíamos antes había un cuadro de Las Meninas colgado justo en la pared en frente de la puerta de mi cuarto (nota al margen: a quién se le ocurre ese cuadro). A la noche dormía con la puerta cerrada por miedo a que la enana de la derecha saliera de ahí a hurtadillas y me amordazara, o me obligara a cantar alguna canción de Roberto Carlos. Y aunque la puerta estuviera cerrada, sabía que ella esperaba que yo la abriera para hacer pis o a tomar agua. Dormía con las sábanas tapándome todo el cuerpo -cara incluída- y me era difícil respirar, el aire se viciaba, la sábana haciéndome transpirar, yo sin moverme.

Muchos años después estuvimos cara-a-cara. Me paré en frente suyo con las manos en forma de jarra, la miré de cerca y de lejos, lo miré a Velázquez asomándose por atrás del bastidor, la miré a Margarita -pero el problema no era con vos, Margarita, el problema era con la enana que estaba a tu izquierda-. Miré fijo a la enana. No parecía tan mala en realidad. Su vestido no la favorecía mucho, y su prognatismo mandibular la hacía verse más mala -malísima, malvada- de lo que en realidad seguramente era, pero decidí que había exagerado un poco y que no era tan grave haberla tenido colgada en esa pared durante tanto tiempo.

Todo bien contigo, persona pequeña.

Me fui por las ramas de nuevo. Lo que quería decir era que me gustaría tener esas pastillas que come Alicia -en su país de las maravillas- que dicen EAT ME. Las vi hoy en la página de notcot.org, pero con leyendas un tanto deprimentes como "LOSS LEADER", "TABLE FOR 1", y mi preferida: "DIGNITY FREE".

También que lloviera o lloviese con marcado descenso de la temperatura.

Proveer de conformidad, será justicia y he de sentirme fresca y radiante.

2 comentarios:

Anfitrite dijo...

Te juro que tuve que ir a ver la imagen de Las Meninas...no podía quedarme con la intriga!!! Pobre, no tenía cara de mala...

Guido dijo...

Yo también, anfitrite, yo también.

No veo buzones rojos por ahí todaía, aunue la temperatura bajó y hoy estuvo lindísimo. Conformate che.

No, no, como dije en mi post, el arrodillamiento era telefónico nomás. Aunque si hubiesemos estado hablando cara a cara, probablemtne lo hubiese hecho lo mismo. No es tarde aún.

Saludos che, lindo post.