martes, enero 8

Live from Buenos Aires

Empecé enero con un fin de semana dolorosamente perfecto, descansado, deseado, absolutamente lo contrario a desabrido y certeramente pluscuamperfecto, de los que cuesta horriblemente despegar.

Y el primer lunes laboral fue menos complicado de lo que pensaba. Nadie molestó demasiado, me llamó Jota desde Las Vegas para preguntarme cómo estaba, para decirme que me compró algo, para pedirme que no lo cambie por nadie.

Y yo que nunca imaginé dirigirle esas palabras, le dije que lo extrañaba -creo que dije extrañar-, que Herr Packen me estaba volviendo tantito loca, bautizándome también con nuevos apodos, frotándome la espalda (aghhh), que los almuerzos no eran lo mismo. Que ya ni siquiera me daban ganas de comer facturas los viernes.

Pero salvo por eso, estoy contenta. Cansada, pero contenta. Aun así una parte mía [la más rebelde, debería decir] se resiste, [me vivo resistiendo] a no desear más; y en el fondo-fondo, lo hago igual. A escondidas de mi y a pesar de las contraindicaciones. Me da igual.

Empecé el año tomando un milkshake de chocolate en Daniel con N, que se estaba yendo a Brasil. Me dijo que me veía muy pensativa, un poco triste tal vez -él siempre se da cuenta-. Yo le hice un moño con una cintita roja en el dedo índice, que no se sacó sin antes pedirme permiso, y sólo porque tenía que manejar. Me reclamó la intervención del coso que me regaló para mi cumpleaños, y yo prometí cumplir.

El año que pasó fue muy bueno. Me deshice de muchas cosas que me costaba soltar, tomé decisiones importantes y elegí.

Ahora vendría esa sensación que precede al primer sorbo de café, cuando estoy sola, cuando me lo preparo como a mi me gusta, cuando tengo ganas de pensar tranquila. Y revuelvo el café con la cuchara, y la escurro contra el borde de la taza y miro cómo se forma la gota en la punta, que después se desliza y cae, cae, cae adentro de la taza; para después llevarme la cuchara a la boca, cóncava y convexa, sobre la lengua y contra el paladar.

1 comentario:

Anfitrite dijo...

Me intriga saber qué es el coso que te regalaron para tu cumple.