jueves, marzo 6

Little fry, who made thee?

Hoy me comí las papas fritas más ricas que mis papilas gustativas hayan degustado. Esas que te comés (y robás) una atrás de otra, consecutivamente, sin pudor. Ricas como para no necesitar ponerle ketchup ni nada. Little fry from Paraguay street, thou deserve much more than being a side dish. Y de haberlo sabido, no me hubiera pedido esa ensalada tan desabrida. De haberlo sabido, le hubiera robado todas las papas a Pancho antes de que terminara su Golden Chicken. Todas.

De haberlo sabidoh!

De haberlo sabido, y conociendo mi tendencia a actuar de modo tan irracional, tan adolescente-púber con desórdenes hormonales transitando mi SPM, también me hubiera prohibido a mi misma caminar por la calle, me hubiera prohibido pasearme tan impunemente y decir tantas cosas, ex ante y ex post del SPM. Me hubiera prohibido existir. Me hubiera proveído de Rayuela, o de Espantapájaros, o de Tales of the Unexpected, que están buenos para volver a leer, de a cachitos. Una, tres, veintiséis páginas, Lamb to the slaughter, Parsons pleasure, leídas de corrido en el sillón, y ahí sí que hubiera podido seguir con lo que estaba haciendo, con los pulmones llenos de eso que se te llenan cuando leés algo que decís pucha, que mano que tiene el tipo este para decir esto, ojalá yo pudiera escribir algo así, acrobacia de palabras, esperá que agarro el lápiz y lo subrayo, o no, mejor lo subrayo y además le pongo unos signos de admiración en el margen, así cuando me de cuenta de que estoy haciendo todas las cosas mal y me agarre desesperación, cuando me sienta una adolescente-púber con SPM, cuando empiece a hacer cosas que jamás hubiera hecho bajo condiciones normales de presión y temperatura, o cuando esté a punto de hacerlas, cuando esté hecha una loca, una desequilibrada y todo eso junto o por separado, pueda abrir este libro y encontrarme con eso que me encantó haber leído alguna vez, y me sienta más cerca de la persona racional, adulta, emocionalmente inteligente y estable (claro que sí), y con los ovarios bien puestos, que fui (soy).

Por qué las mujeres somos así? Debería ser una circunstancia atenuante en el Código Penal. No digo eximente, pero al menos atenuante. Que cuando transites estos días, ponéle, puedas decir: 'dejáme pedirme un cuarto de helado, que se me pasa'.

Pero bueno, decíamos sobre las papas que me comí hoy. Tan crocantes por afuera, tan blanditas por dentro. Tan bien saladas. Y tan prolijamente cortadas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

suerte que no lo sabías.
¿o no ves que fue precisamente esa ca(u)s(u)alidad la que adornó tu día?
está bien no saber, como está bien poder no ser uno mismo por instantes.
¿por qué habrías de negarte ese privilegio, esa libertad?
¿por qué buscar justamente a Cortázar para hablar de seguir la conducta cronológicamente adecuada que espera de nosotros la sociedad?
¿por qué no?
en el contraste está el sabor de la vida, en el cambio, en la contradicción.
un error tiene el mismo valor que un acierto.
así es que añoramos el invierno cansados del verano, y el verano cansados del invierno.
unas papas fritas cansados de la ensalada.
la ensalada rara vez la añoramos, pero esa es otra historia...

y todo lo que dije vale lo que considere quien lo lea

Caro dijo...

Si en algún momento me vuelvo predecible, me gustaría que alguien me parta un ladrillo en la cabeza y acabe con mi vida.

Gracias!

Slds.

luna ocre dijo...

Un ciruelo no puede dar peras.
Somos todo lo que hacemos,solo que algunas cosas las hacemos con mas asiduidad que otras , entonces pensamos que solo somos eso , y cuando nos sale otra cosa ,nos asombramos de nodotros mismos.
Pero OJO ! no podemos hacer o ser otra cosa que la que somos.
Se entendió?