martes, marzo 11

E.R.

'Esperá que traigo una silla de ruedas'

'No, dejá, si puedo caminar perfecto, si estoy parada no me duele y puedo respirar bien'

'No, no.. (apuntando a la silla) sentáte acá (mientras te acomodan los cosos esos para apoyar los pies y vos sólo querías salir por donde entraste y volver a tu casa y leer el diario del domingo)'

Acto seguido te llevan a la habitación 15, te desnudan, te ponen un camisolín, y sentís frío-frío mucho frío. Después te acuestan en una cama, y te ponen una vía, y te ponen unos zapatitos de quirófano porque tenés los pies helados, pero vos tenés que ser fuerte y por eso no querés llorar, pero en el fondo tenés miedo.

En el fondo tenía mucho miedo.

Entonces llegó mi mamá, y seguimos la conversación que habíamos tenido el sábado, cuando fuimos a Violeta. Y cómo el cuerpo a veces explota cuando ya no puede más.

Después vinieron las explicaciones de rigor, con dibujos y todo. Y mi mamá que es una excelente dibujante y ginecóloga, me dibujó el útero, las trompas, los ovarios, los folículos y me explicó lo que me había pasado, y cómo lo iban a solucionar. Pero yo me di cuenta de que ella también tenía miedo.

'Y vas a ver que enseguida te vas a sentir mejor, y vas a poder respirar bien'.

Y todo fue tan rápido que ni lo pude procesar.

Enseguida estaba en un quirófano. Y mientras me ponían la máscara para dormirme y me conectaban cosas, mi hermano se estaba lavando las manos y me hacía caras a través del vidrio. Y me hacía reír mucho. Yo le quería decir, no me hagas reír, guacho, que me duele todo y no puedo respirar. Se lo quise decir, pero no tenía fuerzas y me quedaba dormida. No me hagas reír, que me duele todo y no puedo respirar.

No hay comentarios: