Hoy venía caminando por Florida yendo hacia tribunales y antes de cruzar Córdoba (en ese semáforo que tarda mucho, especialmente cuando estás apurada), me detuve a mirar a la gente. Más precisamente, las narices de la gente. "Qué loco, no hay dos personas con la misma nariz".
Y me hizo recordar que en algún momento de la historia de nuestra civilización y no hace mucho en nuestro país (en la primera década del siglo pasado, me atrevería a decir), en los documentos no se estilaba poner una foto 4x4 (por razones obvias, claro está) pero sí se hacía una breve descripción de la persona. Entonces ponéle, decía "Mujer caucásica. Naríz romana. Tez ligera. Complexión normal. Pelo castaño-claro rizado. Ojos claros. 1,63". Señas particulares: "piercing en la lengua".
Entonces vemos que, a la par de las huellas digitales, tenemos a la nariz, que es a todas luces evidente un órgano(?) que nos individualiza.
lunes, abril 23
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