sábado, agosto 18

Ampliando

“En qué andás..? 'nada' es demasiado genérico. Nadeame un poco más".

No es que no sea conciente de lo que me pasa, pero estas cosas me descolocan. Esta semana estoy un poco así.

Y no fue sólo el vómito del lunes. Fue eso, y la mina de la IGJ que me exasperó mal. Es que la gente incompetente me pone irascible, me saca. Tuve que ir y volver tres veces en el mismo día, y empezó a llover con esa lluvia finita que te moja apenas. No me gusta el apenas. Ni a penas.

La cuestión es que me puse a leer porque tenía como treinta números adelante, y el tipo de al lado me empezó a hablar del país, de Menem, de la aduana y del presidente kitsch que tenemos. Y yo lo oía, pero no lo escuchaba. La verdad es que estaba de muy mal humor y no tenía ganas de seguir escuchando sus miserias. Me contó de su mujer, de su ex, de sus hijos que no lo visitaban, de la neumonía que había tenido el mes pasado… 'es que no hay gas, me entendés? Escuchaste hablar de la crisis energética?'

(ay)

Es como si yo tuviera un cartel de neón que dijera “descárguese gratis aquí".

Lo mismo con los tres tacheros que conocí esta semana. Los tres contándome sus problemas. Uno tenía nueve hijas mujeres ***

(mis condolencias).

Más la gorda que se subió al tren -que venía con 45 min. de demora porque los cartoneros habían prendido fuego el tren de adelante- gritando abiertamente que “este país es una mierda, son todos unos h. de p., estoy haaaaaarrrrrrta, haaaaaarrrrrrrrta”.

En fin, no sé por qué te digo todo esto.

En realidad no me molesta que la gente me cuente esas cosas. Pero lo que necesitaba era que alguien me agarrara en bolas con una pregunta como la tuya, cuando me pasaban todas estas cosas esta semana. Y cuando pensaba todas las otras cosas que estuve pensando.

Entendés?

Que alguien me estuviera escuchando hablar embaladísima de cualquier cosa, y de repente se diera cuenta de que yo tenía (tengo) todo esto adentro, y me dijera

'eu, Caro, pará... qué te pasa?'

pero en serio.

En serio es cuando te agarran del antebrazo y te miran a los ojos. Fijo. Y es tan fijo que no tenés escapatoria y es obvio que tenés algo ahí escondido.

Y que sin decir nada me agarrara de la mano y me llevara a tomar un café cruzando la calle.

(...)