En Sálvame María (post recital, 12.30 am musculosas sudadas, pelo mojado, cansancio) después de comer la entrada y antes de comer nuestros sándwiches gourmet de queso brie, rúccula, pepino y manteca de dijon en pan negro, con papas fritas [y además quiero decir que ni mi atuendo ni mi apariencia eran los adecuados para comer en ese lugar, pero a mis hermanos eso no les importó, motivo por el cual opté por sentarme en algún lugar donde no se vieran: mis topper negras absolutamente roídas, los shorts negros que uso para salir a correr (!), mi musculosa fucsia con la leyenda 'Rotten to the core' que mi madre me obsequió recientemente]:
L: Caro, tengo ganas de vomitar, pero no digas nada, me da vergüenza. Me voy afuera.
C: (en shorts, topper, sudada, despeinada, todo eso-todo eso, atravieso las mesas, cruzo la puerta, mi hermana afuera)
L: Voy a vomitar.
C: Pará, cómo vas a vomitar en la vereda?! vení, vamos al baño..
L: NO!
C: Lucía, vamos al baño. YA (en estas situaciones me tengo que poner así de firme).
En el baño, mi hermana vomitando. Yo sosteniéndole el pelo y mirándola vomitar. Termina, limpiamos el inodoro, se enjuaga la boca. Volvemos a la mesa acá-no-pasó-nada.
Llegan los sandwiches gourmet. Mi hermana a punto de entrarle al brie.
C (por lo bajo): Pero vas a comer?
L: Y sí, tengo hambre.
C: No podés comer. Vas a vomitar todo Lulu. No comas, tomá agua.
Mi hermana, haciendo oídos sordos a mis advertencias, devorándose el sandwich mientras yo pienso en el pepino, el vinagre en el que viene el pepino, el queso brie y sus meses de estacionamiento, la rúccula entre los dientes.
Ella VA A VOMITAR. Lo sé, y no tengo forma de impedirlo. Es inevitable, es inexorable. Y es inminente.
Terminamos de comer, salimos a buscar un taxi.
Mi hermana, vomitando en la vereda. Mis hermanos y mi cuñada desayunándose la situación.
Townpeople: 'Uh... jodido' (a la gente le gusta mirar esas cosas; es el morbo citadino)
Mi hermano: Es como la del exorcista.
Se enjuaga la boca con un poco de agua. Caminamos-caminamos-caminamos. Por fin, y porque Dios es grande y vive en Argentina, un taxi.
Mi hermana con la ventana baja en el taxi. Respirando cual embarazada a punto de parir, inhala y exhala profundamente con los ojos entrecerrados.
Mi hermana bajándose del taxi en lo de mi hermano.
Mi hermana vomitando nuevamente en la vereda y cómo puede ser que TODAVÍA te quede algo más por expulsar? Pero no le digo nada. Le pongo la mano en la espalda, le froto la columna vertebral por donde pasa la médula, le sostengo el pelo para que no se lo vomite también y le digo:
'no te preocupes Cul, siempre que llovió, paró'
(y me río, por adentro me río pero se que no da, pero es que estoy cansada y no puedo más, y ahora tengo frío, con toda la remera transpirada, y los shorts, a las 2:30 de la mañana, en Las Heras y Ayacucho).
Antes de partir a San Isidro le pido a mi cuñada unas bolsas.
'Para el auto, por si tiene ganas de vomitar'.
En el auto, de vuelta a casa. Escuchando a Eric Clapton, mi hermana sentada atrás. Ya a la altura de la panamericana, mi hermana tiene ganas de vomitar. De nuevo. Ahora. YA.
'Vomitá en la bolsa Lulu', y la miro por el espejito.
Mi hermana vomitando por [y ya perdí la cuenta] vez. Bajo la música, la escucho vomitar. Escucho el preludio, la arcada y el vómito victorioso, purgante, limpiador cremoso (aaaaghhh).
Bajo la ventana para que le llegue un poco mejor el aire.
Entre vómito y vómito, mi hermana me explica:
'Cerráme la ventana que el viento me tira el vómito encima'
Y estoy tentada de reírme de nuevo, y trato de pensar en cosas feas para no reírme. Pienso en pelos en el jabón, en uñas encarnadas, en el quiste en formol que Ceci B. llevó al colegio una vez, en morcipanes, en dolores menstruales, en hinojo. En fluido manchester. En naftalina. En cucarachas. En la caca de Luna esparcida por la pared el otro día, y yo fregando la pared con Procenex.
Y me pregunto si es posible que la situación empeore. En algún momento va a dejar de vomitar?
Pero siempre puede ser peor.
L: Che, Caro, la bolsa está agujereada y está chorreando. Qué hago?
Miro para atrás, mi hermana pálida, pálida. La bolsa de plástico entre sus piernas, vomitada. Bien vomitada, en todos los pliegues y comisuras.
C: Tirála por la ventana.
L: No, cómo voy a-
C: Lucía, la puta madre, TIRÁ LA BOLSA POR LA VENTANA, QUERÉS?!
lunes, diciembre 3
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8 comentarios:
QUÉ ASCO
JAJJAJA
voy a confesarte que siempre leo lo que escribís y quiero dejar un comentario
pero tengo miedo de no estar a la altura de tan buena prosa entonces nunca dejo
en este caso te digo creo que fue una de las mejores anécdotas que leí
yo la ranquearía con un 9.8
suprema la imagen de tu hermana con el vómito que se le viene encima
me suele pasar. que nunca les suceda.
Esto fue asquerosamente divertido!! jejejegjgh!
AAAJAAJJA
la anécdota de vómitos más divertida que leí....
Jajaja....
Primera vez que me meto en el blog. Y esta es la MEJOR anécdota!!!
Me imagino la cara tuya y la de lucas riéndose de Lulu!!!
Muy bueno el blog!!!
Hola Tomi.
Bonjorno, good-ch-arlotte.blogspot.com!
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