Blanca y radiante

El otro día fui a verla a Fini Reynal.

Todo muy paquete, en Santa Fe y Rodriguez Peña.

Mientras esperábamos en el living, mi mamá -como siempre muy conectada con estas cuestiones- se puso a mandar mails desde su teléfono (creo que no ve las teclas, lo cual torna todo bastante sospechoso) y yo, sentada en el sillón de enfrente, planchaba con las manos un pañuelo con conejos (que además es de mis preferidos).

De más está decir que con el correr de este tipo de "entrevistas" una se va poniendo más o menos canchera, una ya sabe que hay que prever desde temprano qué bombacha y qué corpiño usar ese día (preferentemente ni violeta, ni de leopardo, ni con apliques cuando menos embarazosos, ni nada que te quede chico). Pero eso yo ya lo había aprendido en la segunda, y para esta -que era la tercera- ya tenía todo bajo control y en su lugar.

La palabra clave esta vez fue "exótica". Me dijeron repetidamente que era "exótica", que por mi cara y mi color de piel no daba hacerme un vestido tradicional, que tenía que ponerme "ñandutí" en la parte del escote.

Me armaron un vestido con esta cosa que les digo (ñandutí) que era azul, beige, verde, obvio que todas tratando de venderme el vestido, "NAAAAAAAAH, GAWDDDD pero si estás MONESEMA!! QUÉ MONA! QUÉ CRIMEN, 'Caro' [me decían 'Caro'] ESTE ES TU VESTIDO! ES ESTE! PLIS POR DIOS ESTAS DIOSA-DIOSA" usando esas palabras exactas, con mi mamá que miraba desde una esquina con cara de orto (que será motivo de otros post).

La cuestión es que googlé qué era el ñandutí, y me desayuné con que es un tejido artesanal PARAGUAYO.

Say no more.