Okey. Ayer mandé a un hombre a una peluquería de chicas. Le dije que no se dejara amilanar por las arañas con caireles colgadas del techo, ni por los tonos rosa de los almohadones de los sillones de espera, ni las revistas del corazón sobre la mesa ratona, ni las tangas que se exhiben en la vidriera.
Aún así, cuando este hombre llegó a la peluquería me mandó el siguiente mensaje:
"Qué caro te va a salir esto, Carolina"
Y debe ser que me va a salir carísimo, porque nadie me llama por mi nombre completo.
miércoles, enero 13
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2 comentarios:
Tampoco es TAN grave ir a una peluquería de chicas, che.
Peor es ir a Rainforest.
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