Nos escribimos mails todos los días. Cuando podemos quedamos en almorzar. Nos organizamos para hacer trámites administrativos juntas, como sacar el pasaporte o la cédula, amagar en hacer un curso de equis cosa, o superficialidades como hacernos los pies. Comemos cosas gourmet. Nos tiramos palabras en francés. Estudiamos juntas en la facultad. Ahora trabajamos a media cuadra. Compartimos amigas. Y el carácter también [adorable, claro]. A las dos nos gusta la tarta de frutos rojos de la Brioche Dorée.
Juntas, también, hemos de irnos en tobogán al infierno (esa es nuestra frase de cabecera).
Con mi amiga Tina, que es una monada de chica, linda, simpática, educada, inteligente, divertida, excelente amiga y persona, vehemente (polvorita como yo) y con las pecas bien puestas, decimos que desconfiamos de la gente que es netamente buena, porque la gente buena a secas no existe, onda, es obvio que te están mintiendo. Nuestra postura es mucho más humana, somos frontales y transparentes, buenas en la medida sana y normal, y mantenemos conversaciones de este estilo:
Tina dice: qué te parece? opinión sin filtros. Sinceridad
Caro dice: es quien yo me imagino que es?
Tina dice: si, es ella, pero caro no es nada fea, tiene buena cara
Caro dice: no es fea, es grasa. me hace acordar a milagros
Tina dice: si ya sé, es grasa pero más linda
Caro dice: tina, es una foto mentirosa de facebook... es obvio que siempre ponés el mejor perfil
Tina dice: jajjajajajajaja pero en la tuya estás lamiendo un caballo
Caro dice: es mi mejor perfil
Tina dice: no sé
Caro dice: se me ocurren algunas maldades, pero me retiré hace rato
Caro dice: de todas formas no valía la pena
Caro dice: ahora te cuesta darte cuenta de eso
Caro dice: pero es cuestión de tiempo
Ah, y eso también. Las dos tuvimos un noviazgo tormentoso, allá por el 2003.
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