Tengo debilidad por los utensilios de cocina. Entre mis preferidos está el rallador de cáscara de naranjas y limones (que te saca la cáscara en tiritas finitas-finitas), una especie de soplete de mano que en realidad se usa para prender el fuego del asado/chimenea y esas cosas, pero que también sirve para dorar el merengue de un lemon pie, ponéle), la máquina retro de café espresso que pienso tener algún día, y recientemente obsequiado: un batidor de leche (!).
Así que mientras degustaba mi primer café con leche supremo, dotado de espuma en exceso, la gata reclamaba su parte del botín. Y como tiene potestas sobre mi persona, le preparé un poco de leche a ella también, a pesar de que ya está grande para esas cosas porque le trae disfunciones gástricas.
Así que me entretuve un buen rato mirando cómo se zambullía adentro del tachito, manchándose la nariz y los bigotes, y sumergiendo el cascabel que estrenaba.
domingo, octubre 28
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5 comentarios:
pase y vi fotitos de amelie y sonrei. influencias de amelie no pueden nunca ser negativas en una persona.
saludos
no hay nada como la minipimer
Qué casualidad, también poseo, dese hace algunos días, un batidor de leche.
Lindo gato.
Yo tengo un batidor de leche importado que nunca use porque no pensé que iba a poder dejarla tan espumante. Ahora la probaré en casa.
si bien soy un enaamorado de los perros (ahora quiero tener un perrito chiquito como un pug o un chihuahua) me encanta tu gata!
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