Podría explicar muchas cosas, pero prefiero reservármelas para después. Es como cuando pintás una figura de cualquier cosa y dejás partes sin terminar, para que el ojo del que lo mira lo complete.
Debería empezar explicando muchas cosas para que cualquier persona pudiera entender todo esto. Describir todas las cosas que veo, pero yo veo muchas cosas. Y pienso todo el tiempo sobre todas las cosas. Sobre las que veo, y las que no. Sabés qué canción estoy escuchando? En qué estaba pensando cuando me agarraste sonriendo? Te conté sobre el mimo que estaba en Tucumán y Florida? El mundo sería otro si existieran más mimos (llegué a esa conclusión antes de cruzar el semáforo). Tenía una remera rojita y unos pantalones negros. Y medias rayadas en blanco y negro. Los payasos, no. Pero los mimos… *ahhhh*.
Debería explicarte muchas cosas para que me entendieras. Pero está bueno que sea así. Desde el principio fue distinto. Así es distinto y, definitivamente, más bonito. De todas formas, me entendés muy bien. A veces me sorprende.
El pasto que está atrás del edificio de Personal es, sencillamente, impresionante. Me saqué las sandalias y me senté en el pasto, mientras comía con Gandi y con Pepi. Mientras ellas hablaban de no sé qué cosa, yo buscaba tréboles de cuatro hojas –soy muy buena en eso-. Te lo había dicho?
viernes, octubre 19
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1 comentario:
a veces entiendo
a veces no
y otras veces no sé si no entiendo, o nadie me entiende...
entendes?
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