Me siento floja y me duele la garganta. Subí al décimo a ver a Hebe para que me tomara la presión y la temperatura y, chiste va chiste viene, Caro, no tenés nada, pero si querés tiráte a dormir un ratito en la camilla, que estás medio caída, No, está bien, no importa. Lo que me gustaría es que alguien se ponga triste si sabe que estoy así, y me diga que me va a pasar a buscar por el laburo para que no tenga que volverme en bondi y en tren, y que me cocine algo rico o me prepare un té con yuyos (todos sabemos que el té de yuyos con miel te curan posta), y me arrope con doble vuelta de mantita. Y se quede conmigo, obvio. Abrazándome tipo pulpo con sus tentáculos, entonces yo me quedaría quieta-quieta sin moverme, casi sin poder respirar ante tanta efusividad (pero no me importaría... llegado el caso podría tolerarlo).
Me levanté tarde. Pero sabiendo que iba a llegar tarde, hice las cosas a mi ritmo, que incluye tomar el desayuno tranquila mientras leo algo (cualquier cosa; esta vez, las propagandas que venían en LNR y que estaban sobre la mesa, pero en otras ocasiones -a modo de enunciación-: el libro que alguien haya dejado ahí, la etiqueta del frasco de lo que sea, las recetas de Casancrem(!), la guía de servicios de San Isidro -es distinto, no te jodo-, y todo lo que tenga letras), bañarme, desenredarme el pelo, crema, perfume.
Entonces así, flojita, me fui hasta la parada escuchando The killing of Georgie pero esta vez prestándole atención a la letra porque hoy Rod me hablaba A MI y me decía al son del churu chururu chururu chu, churu chururu chururu chu, churu chururu chururu chu
Never wait or hesitate
Get in kid, before it's too late
You may never get another chance
'Cos youth a mask but it don't last
live it long and live it fast.
lunes, octubre 22
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