En esas situaciones ella prende la radio. Sistemáticamente. Intentando tapar eso que se genera cuando hablamos de estas cosas. La tensión, la fricción, el desgaste. Me tendría que haber ido en bondi, pensé.
- "cuando tengas tus hijos vas a poder tomar otras decisiones".
Odio esa frase. Es muy simplista.
[Deberías hacerte cargo de lo que decís y hacés. Hacer una exégesis de tus palabras, desglosarlas, analizarlas y fijarte cómo hacés para llegar a esas conclusiones neandertales].
Para después bajarme del auto sin mirarla. No porque esté enojada, ni por despecho. Es que no quiero que me mire mirarla. En esas situaciones siento que estamos a miles de palabras de distancia.
Y esperar en el andén a que llegue el tren, atestado de gente que debe pensar como yo, y de gente que seguramente piense como ella, para viajar desde Acassuso hasta Retiro volviendo sobre mis palabras y sobre las suyas, y pensando en qué parte se bifurcan nuestras ideas. Nosotras, que nos entendemos tanto (a veces). En qué oración se volvió machista, en qué palabra, en qué punto y coma
;
se olvidó de todo.
En alguna página, hace tiempo, se olvidó la letra.
Y como siempre, en esas situaciones ella me llama. Siempre. Ella sabe que a las nueve y pico ya estoy. Me llama y me dice:
- "a qué hora volvés hoy?".
lunes, octubre 8
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2 comentarios:
Me suena conocido.
Y CÓMO TERMINA?!
(NO ENTENDÍ NADA IGUAL)
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