martes, abril 27

Precio líder

Entre las tareas que me encomendó mi padre (me estoy dando cuenta que esto de vivir en otro lado no le impide seguir gobernándome) estaba la de cambiar la cerradura. Pedimos prestados unos destornilladores, me enseñó a sacarla y me dejó en la cerrajería que está a dos cuadras, para que pidiera el cambio de la combinación. Ahí aprendí que el precio varía de acuerdo a la marca de la cerradura, y que la mía debe ser medio pistola porque era de las más baratas.

En el interín fui al supermercado que queda cruzando la calle.

Apenas entré, me interceptó una chica que me dió un volante y me dijo que si mi tarjeta de crédito empezaba con los números del papel, era acreedora de un maravilloso premio. Yo pensé esto es muy groso, así que saqué la billetera y empecé a chequear, chocha-feliz de la vida  me di cuenta que coincidía, me dije a mi misma este es mi día, y me puse a comprar las cosas que necesitaba.

Lo primero que noté en este supermercado fue que las góndolas estaban casi vacías. Y lo poco que había, era genérico. Gaseosa Pritty, soda Waikiki,  pan lactal Horno Viejo... No tenían manteca..!! me tuve que ir con un pan de margarina, a regañadientes.

Aún así, yo tenía en mi bolsillo el ticket ganador que me catapultaría a la felicidad. Y como en tiempos de mudanza los sueños tienen forma de electrodoméstico, yo sabía que cuando llegara a la caja le iba a dar mi papel a la cajera y ella, con lágrimas en los ojos me iba a decir que efectivamente me había ganado un microondas, una tostadora o una minipimer.

El tema fue que cuando llegué a la caja, la chica me dijo que ella no tenía nada que ver con el papel ese, y que le daba lo mismo si le pagaba con tarjeta o en efectivo, lo cual me desconcertó un poco.

Así que pagué y me acerqué a la chica de la puerta, le di mi papel y le dije: hey, me coincide!, entonces la mina me sonríe (con sonrisa grande que se te ven las encías), onda NO-LO-PUEDO CREER, me apoya una mano en el hombro emocionada y me dice vení, vení, poné tus compras acá en la mesa, porque (y ahí yo pensé listo, me gané un auto?? qué me gané?? eh?? QUÉ ME GANEEEEEEEÉ?) vos tenés celular con abono?

Es difícil escribir la desilusión. Y las ganas de matarla.

Junté mis bolsas y mientras ella dibujaba en un papel una familia de números con forma de cajita que iban a poder hablarse gratuitamente, le dije DEJÁ, GRACIAS, NO ME INTERESA.

Pero ella insistió, hasta que le dije YO HABLO GRATIS CON TODO EL MUNDO, NO QUIERO QUE ME REGALES NADA.

Por adentro, claro, sintiéndome una naba, como es posible que me haya embaucado así, cómo no la vi venir, cómo no me di cuenta de que había más de 15 combinaciones de números posibles y que toooooooodas las tarjetas de crédito empuezan igual, eh??, EH?

Y que ADEMÁS estaba en Leader Price!

T: Negra, no le cuentes a nadie que fuiste a Leader Price, porque te van a echar del Old Girls Association.
C: Pero fui porque me quedaba a dos cuadras, y porque estaba en frente a la cerraj-
T: -Igual.
C: Está bien.
T-C: jajajjajjaja

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