Me estoy convirtiendo en una nerda. Lo sé. Paulatina, ñoña y sutilmente. De repente me encuentro revisando las publicaciones de la Ley, chequeando reediciones de Trigo Represas, haciéndome de ejemplares de bibliotecas ajenas, fotocopiando libros y mandándolos a anillar. Resaltando con colores varios de acuerdo a la importancia.
Sabía que el gen seguía ahí, intacto.
Nerda en el colegio y nerda en la facultad me convierten en una perfecta nerda laboral. Con clips sujetándome el flequillo. Con galletitas frutigran en el cajón, al lado de la colección de lápices staedtler reducidos en todo su esplendor. Al lado del sacapuntas eléctrico que me regaló el hombre Pancho. Al lado del diccionario de conjugación de verbos en francés y de la foto de Lola sujetando su chupona. Seguramente también, al lado de las gafas que voy a tener que procurarme si no empiezo a comer más zanahorias.
jueves, noviembre 27
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