Si se me apareciese el indio lampiño en taparrabos de El mundo según Wayne y me regalara un deseo, le pediría que las pastillas de hierro tengan gusto a chocotorta.
O que el hígado tenga gusto a chocotorta.
O que venga Jude a cocinarme una chocotorta fortificada con hierro.
En síntesis, cualquier cosa que tenga una chocotorta como objeto directo, y me permita ingerir la dosis necesaria de hierro.
miércoles, marzo 12
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1 comentario:
Hola Caro!
Hace tiempo que no pasaba por acá.
Jajaja, che buenísimo tu posteo. Esa película es directamente de culto para mí, es parte de mi adolescencia. Buenísimo lo de la chocotorta (:P). Mirá si el indio te hace caso y encima te la tare en bandejita el mismo Jim Morrisón.
Ah, y buenísimo el chancho endemoniado de la foto.
Saludos!
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