jueves, mayo 21

Creo que soy una jodida de mierda

No sé si a la gente le pasa eso. Tener como una opinión formada acerca de uno y decir que en el fondo uno es bueno mientras sonríe y aprieta los dientes. Miráme, má, mirá QUÉ BUENA soy.. mirá como acaricio al conejito (y conejito on the verge of dying).

Yo tenía la firme convicción de que en el fondo era buena. De que eran las circunstancias las que me obligaban a insultar a mi hermana si llegaba 45 minutos tarde a buscarme mientras me moría de frío en una esquina y llovía. Y que tenía doble razón si la situación se repetía durante la misma semana. Y triple razón si se colgaba y me iba a buscar a otro lugar y no tenía cómo avisarme que llegaba más tarde porque no tenía batería (provocando la imposibilidad física del reproche, caldo de cultivo de la irritabilidad per sé)

Creo que en el último mes le dije en varias oportunidades: "la puta madre, Lucía". Porque es el insulto que más tengo a mano.

También se lo dije hoy cuando me metí en el baño a las 7.15 de la mañana y había cenizas en la tabla del inodoro y tanto olor a cigarrillo que tuve que abanicar el ambiente con la puerta porque sólo tenía 10 minutos para bañarme y no podía esperar. Puta madre, por qué tenés que tener ese vicio tan asqueroso. Por qué no fumás en tu cuarto.

Me siento muy mal por eso. Muy mal. Me siento muy irritable también. Es difícil ser consciente de que estás poniendo la energía en el lugar equivocado. Y que si te duele la cabeza, si te duele la garganta y te estás enfermando, si tu jefe es malvado y la vida es injusta y te duele todo y sólo querés dormir, esa sos vos. Sólo vos. Y te la tenés que bancar.

Es mucho más fácil enojarte con la gente que tenés cerca. Uno tiene la tonta-tonta ilusión de tener la razón.

Qué engreída.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabés que no es tan importante - a veces - tener razón?

Caro dijo...

Si
Si me acordara de eso todo el tiempo me evitaría algunas cosas, ja