Yo podría decir muchas cosas sobre mi papá. Miles de cosas que seguramente no escribiría. Las pensaría pero aún así no las escribiría. Mientras las palabras están escritas sobre el papel, trascienden. Las puedo leer y releer todas las veces que quiera. Puedo recorrerlas de izquierda a derecha y viceversa. Las palabras siguen ahí, escritas. Me miran. Cuentan algunas verdades.
Hoy las palabras dirían cosas buenas sobre mi papá. Describirían su dedo sosteniendo la mano de Lola que tiene el tamaño de una nuez, su dedo recorriéndole la frente. Lo describirían de ambo verde y barbijo. Lo describirían con gorro, mirándola atento.
Seguramente Lola se haya dado cuenta de eso. Que en el fondo, no sé, quizás esa parte sea mucho más cierta que la otra. Cuando le duele y él le sostiene el dedo. Y la mira.
Lola podría decir muchas cosas sobre su abuelo. Miles de cosas que quizás sí escribiría.
Mientras ella duerme y las heridas cicatrizan escribo por ella para que no se olvide. Cuando las palabras están escritas sobre el papel, trascienden. Cuando aprenda a leer va a poder recorrerlas de izquierda a derecha y viceversa. Las palabras van a seguir escritas para ella. La van a mirar.
Van a contarle algunas verdades.
martes, febrero 24
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2 comentarios:
Caro... q lindo y triste a la vez lo q escribiste... espero q Lola este bien!! Un abrazo
ay negra negra, cuando escribis asi me da piel de gallina x todos lados... es tan lindo lo q tenes para decir, sos una fuente inagotable de cosas lindas...
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