Randomness is very difficult to achieve. Organization always merges back if you don't pay attention.
Salir con el auto para llegar a equis lugar sin filcar, por ejemplo. Si es de noche, mejor. Y después ingeniármelas para volver a mi casa (sana y salva). Las mejores cuadras de Buenos Aires las conocí equivocándome de calle -el ranking lo lideran las *sin salida* y las empedradas muy angostas-. El plus: la adrenalina de no saber ni dónde estoy, ni cómo llegué, ni cómo voy a ingeniármelas para volver ese mismo día.
Escuchar música en shuffle.
Meter la mano adentro de una bolsa de Sugus y que salga de cualquier gusto (pero si sale de naranja, nada nos impide volver a randomnear y confabular en contra del azar para que salga uno de frutilla o de ananá -eso está permitido-).
Si hablamos de medios de transporte, el tren es un caldo de cultivo del azar: no sólo puede atrasarse (con la cadena inevitable de hechos azarosos que pueden derivarse del retraso), sino que además:
- los cartoneros pueden prenderlo fuego;
- te podés encontrar gente cantando o tocando la guitarra / arpa / acordeón / tambores / flauta o haciendo magia;
- te pueden vomitar encima (esto lo he comprobado empíricamente);
- te podés enamorar a primera vista;
- podés volver a tu casa con tresparesdemediasalpreciodeuno; y finalmente
- podés quedarte dormida y bajar en la estación equivocada, provocando la concatenación de nuevos hechos azarosos.
Nunca ir por el mismo camino. Ni bajar por la misma escalera de la plaza San Martín, ni pedirme el mismo gusto de helado, ni programar cosas con demasiada anticipación.
(porque *eso*, querida, le quita el encanto).
martes, septiembre 18
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
hola holaa
que agradablee tu sitioo!
esta muy interesante!
saludines!
Uy..., leí lo del viaje en tren y me gustó. Gracias.
Sugus, tren, filcar...
Me hiciste extrañar Buenos Aires.
Saludos..., JJ
Publicar un comentario